Carmen Martínez Voces
Hola, soy Carmen fundadora y profesora de ZONA-ZEN.
Mi camino se cruzó con el mundo del yoga hace años, por casualidad, no lo fui buscando, simplemente apareció cuando lo necesitaba.
Unos años antes de esto, mi vida dio un revés, a nivel físico y mental (más tarde comprendí la unión de ambos, porque si bien es cierto que hemos oído esas frases hechas «mente sana en cuerpo sano», yo experimenté la unión indivisible de los dos). Me diagnosticaron varias enfermedades de esas que tanto suenan ahora: fibromialgia, fatiga crónica, estrés, ansiedad, depresión…(muchos alumnos acuden a mis clases con los mismos diagnósticos), son enfermedades que no responden a unos análisis concretos, a unas pruebas tangibles como radiografías, ecografías, tacs…. sino que responden a descartar diagnósticos o caen en el cajón de sastre de esas enfermedades en las que nuestro físico y nuestro psíquico pierden el compás natural.
Un día fui incapaz de levantarme de la cama debido a los dolores y al cansancio, no solo mi cuerpo estaba dolorido y cansado, sino que mi cabeza estaba agotada de tantas películas mentales que pasaban por ella a lo largo del día sin ningún intermedio, y ahí, en ese momento decidí que no podía seguir así, que debía hacer algo para revertir ese proceso, así que fui a buscar un lugar donde moverme y fue ahí donde el yoga se cruzó conmigo, y la verdad es que le estaré eternamente agradecida por ese encuentro.
La mejoría física y mental que se produjo en mí, despertó mi curiosidad y mi necesidad de saber más. Primero realicé la formación de Hatha Yoga en Vigo, con el maestro Madhana Agulla, gracias a la cual pude empezar a dedicarme a dar clases de yoga, sin buscarlas, ellas también aparecieron.
Más tarde, me formé durante 3 años como profesora de Yogaterapia con el doctor Miguel Fraile en Madrid, con el aprendí una nueva visión del yoga, una visión más occidental sin olvidar los principios básicos de la tradición yoguica.
A día de hoy aún me sigue entusiasmando aprender sobre esta traducción milenaria mezclándola también con los nuevos conocimientos, así que me formé en Yoga Miofascial (las fascias es un mundo que me fascina), es un sistema en el que se aplican fascias, vías miofasciales y yoga para la mejora del tejido conectivo y la búsqueda de un cuerpo biotensegrítico.
También me apasiona la medicina tradicional china, sus meridianos y su parecido asombroso con estas nuevas lineas miofasciales así que realice la formación de Yin Yoga, donde trabajamos nuestro cuerpo y nuestra mente desde la quietud del ásana.
Durante el confinamiento comencé a incorporar a mi práctica personal alguna clase de Kundalini Yoga, un yoga más energético que me atrapó desde el primer momento que lo practiqué, así que decidí formarme como instructora de esta modalidad y poder integrar nuevas herramientas a mis clase para ofrecerselas a mis alumnos.
Hace unos años, por motivos laborales decidí realizar la formación de instructora de Pilates, aprendiendo que todo suma, y aunque sean trabajos distintos tienen mucho en común.
Acudo con asiduidad a cursos del método Feldenkrais, una forma de trabajo de conciencia corporal dirigido a la mejora del esquema de nuestro cuerpo, que me aportan muchos conocimientos a la hora de realizar mis clases de espalda.
No hay que decir que mi formación continúa todos los días, aprendo cada día de mis alumnos, se lo debo todo, no estaría disfrutando de esto sin ellos, así que agradezco cada práctica de yoga que compartimos. NAMASTE